Entrevista con Antonio Morales, director de ‘Marisa en los bosques’.

¿Quién es Marisa y dónde están esos bosques? ¿Nos puedes resumir tu película?

Marisa es la protagonista absoluta de la película, el vehículo a través del cual vemos el paisaje de Madrid sumido en la crisis pero poblado por todo tipo de personajes únicos y vitalistas. A mí me gusta definir la película como una road movie sin coche, la cámara se pega a Patricia Jordá (Marisa) a partir de un mundo cotidiano que se transforma en un País de las Maravillas.

«Marisa en los bosques» está financiada por crowfunding, ¿fue esta tu primera decision para tener libertad creativa en todo el proyecto o una alternativa a lo dificil que es realizar un largometraje en España?

En España es imposible conseguir financiación para una ópera prima si no tienes padrino o has desarrollado previamente una carrera en otra especialidad dentro de la industria. Por eso opté por la vía del crowfundind. Es más, cuando solo buscaba consejo (y ánimos) entre aquellos profesionales que conocía o me iba encontrando, prácticamente todos me desanimaron. Me dijeron que lo que quería no se podía hacer, pero al final lo hice. En el camino no me quedó otra que hacerme fuerte, confiar mucho en el proyecto y, especialmente, en la gente tan talentosa y entusiasta que se fue sumando a la película. Ha sido dificilísimo encajar todas las piezas, rodar una película en dos semanas con un presupuesto más que mínimo.

Para darme ánimos a mí mismo, me dediqué a ver las óperas primas low cost de algunos cineastas que me gustan (Jim Jarmush, Derek Jarman, Pedro Almodóvar, David Cronenberg, John Waters…) y me funcionó.

¿Dónde se ha proyectado la película? ¿Qué respuesta ha obtenido?

Marisa en los bosques se estrenó oficialmente en la última edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, dentro de la sección Resistencias, dedicado al nuevo cine español. un lado, el D’A de Barcelona y luego FILMADRID, un festival muy joven en la capital que en tan solo tres años ya se ha convertido en la cita con el cine de autor más importante de la ciudad.

Entre esas tres citas, han surgido más selecciones, de momento casi veinte, repartidas por la geografía española y la internacional como México (FIMCY), Portugal (AVANCA) o Colombia (Bogocine). Pero lo que más me ha sorprendido ha sido lo bien recibida que ha sido por la crítica cinematográfica.

¿Tras Marisa ha cambiado algo tu situación como cineasta? ¿Que esperas del futuro?

En este momento estoy trabajando en tres guiones, con más énfasis en un proyecto que me permita rodar con más tranquilidad y apoyo. Tengo curiosidad por poder trabajar con un equipo grande y poder plantearme retos más complejos en la puesta en escena. Pero me abruman un poco las negociaciones con el casting, el presupuesto y demás. Es un viejo debate entre la libertad creativa y las exigencias industriales. Mi ideal como cineasta sería poder disfrutar de esa libertad como creador con películas de mediano y pequeño formato, como las de Agnés Varda, Eric Rohmer, R. W. Fassbinder o John Cassavetes.

Lo más importante ha cambiado dentro de mí. Por mi situación personal de origen muy humilde y rural, crecí con una presión familiar donde se veía como una fantasía infantil el hecho de querer hacer cine. Si se me hubiera ocurrido decir que quería ser astronauta estoy seguro de que lo habrían encajado mejor.

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